@MUESTRA: «INSIGHT», MUESTRA DE ARTE DE ILIANA REGUIERO Y MANUEL PÉREZ SEOANE SE PRESENTA, BAJO LA ORGANIZACIÓN DOLORES VALDES ART, EN BRESSON BROKERS DE BUENOS AIRES.

@MUESTRA: «INSIGHT», MUESTRA DE ARTE DE ILIANA REGUIERO Y MANUEL PÉREZ SEOANE SE PRESENTA, BAJO LA ORGANIZACIÓN DOLORES VALDES ART, EN BRESSON BROKERS DE BUENOS AIRES.

«Insight», la muestra de arte de Iliana Reguiero y Manuel Pérez Seoane, bajo la organización de Dolores Valdes Art y con curaduría de María Amato, se presentará en Bresson Brokers de avenida Callao 1880 de la Ciudad de Buenos Aires.

«Un insight es una visión interna y profunda, una revelación súbita que nos permite comprender una idea, una imagen o un pensamiento desde el conocimiento propio. Aparece como un destello, una intuición inesperada», explica María Amato en su labor en la curaduría.

Y agrega que «Regueiro y Pérez Seoane confían en ese instante de claridad donde lo invisible se vuelve imagen. A través de un recorrido por espacios familiares, Regueiro atiende a esa visión profunda que transforma lo ya gestado. Formas nuevas flotan ahora en su espacio pictórico, conviviendo con lo anterior y resignificando la obra. El recorrido visual se torna más dinámico, casi sinfónico».

En su evaluación Amato destaca que «Pérez Seoane demuestra que la composición justa puede revelarse a través de la observación interna, como una intuición precisa que luego se traduce a la tela con un dominio impecable del dibujo. En ocasiones, lleva esas composiciones a la tridimensión, creando esculturas que dialogan con su obra pictórica».

Asimismo, para Amato «hay una atmósfera escenográfica en las obras de Regueiro, potenciada por la incorporación de formas orgánicas que contrastan con la figura-fondo, mientras que el ritmo repetitivo y el despliegue de las formas en Pérez Seoane generan un clima de expansión».

«Sus obras dialogan con la tradición de la abstracción, pero con una sensibilidad contemporánea en la selección cromática y la disposición de los planos. La pintura se aplica con fluidez, sin rastros de pincelada visible, generando superficies homogéneas que acentúan la pureza del color y la forma. Aquí, el color no solo vibra, sino que guía. La forma no solo ocupa el espacio, sino que lo transforma», manifestó.

Luego, señala que «ambos artistas buscan construir composiciones propias, combinando nuevas formas y colores con una clara intención. Lo lúdico se convierte en un vehículo fundamental en este proceso de introspección, donde el artista se permite soltar la razón para encontrar algo más».

«El observador recibe esas obras como un juego visual, recorriéndolas con el cuerpo y la mirada, haciéndose preguntas. A veces, es atrapado por la vibración de los colores; otras, por las formas en tensión. Reconoce imágenes familiares mientras intenta descifrar lo que ve. ¿Es la misma forma la que aparece en la pintura y en la escultura? ¿Qué es esa silueta que asoma detrás de la figura plana? ¿Es el color el que genera movimiento? ¿La silueta de la flor suaviza la abstracción?», expresó.

Para finalizar, María Amato, quien realizó la curaduría se pegunta: ¿Por qué nos tranquiliza saber qué vemos? ¿Siempre hay una respuesta?».

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